Ayer embrutecida soñó mi mano
Habrá que trastabillarla,
que fundirla, que arreglarla,
habrá que escoger un cum laude del cartón de acedías,
desaceitarla,
habrá que escribirla en el pecho un credo rotundo,
habrá que estigmatizarla, que dejarla querer como una loca,
que refugiarla y reinventarla inventora de cuentos.
Habrá que amplificarla, que llorarla, que dignarla,
que ahogarla en los silencios de la urna,
que arrollidarla, KO de un verso en las costillas,
que articularle las muñecas de madera
para huir de la imposición del no,
habrá que volverla a la adolescencia
y sonarle los mocos al abuelo,
sentirla cómplice de la desdicha
de vivir en un faro pluscuamperfecto.
Habrá que trastabillarla,
que fundirla, que arreglarla,
habrá que escoger un cum laude del cartón de acedías,
desaceitarla,
habrá que escribirla en el pecho un credo rotundo,
habrá que estigmatizarla, que dejarla querer como una loca,
que refugiarla y reinventarla inventora de cuentos.
Habrá que amplificarla, que llorarla, que dignarla,
que ahogarla en los silencios de la urna,
que arrollidarla, KO de un verso en las costillas,
que articularle las muñecas de madera
para huir de la imposición del no,
habrá que volverla a la adolescencia
y sonarle los mocos al abuelo,
sentirla cómplice de la desdicha
de vivir en un faro pluscuamperfecto.
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