miércoles, 18 de julio de 2012
El certamen
La ganadora del certamen de novela negra había matado a un
miembro del jurado el año anterior, en el que resultó finalista. Le hizo comer
una a una las páginas de la novela que había presentado. Luego hizo lo mismo
con el manuscrito de su novela anterior con tapas y encuadernación a gusanillo incluidas,
y luego probó con una nouvelle y
luego con su peor libro de cuentos y así con todo lo que había escrito. Llegó el
momento en que las letras inundaron el estómago del miembro del jurado y
obstruyeron su esófago y colapsaron su boca y finalmente comenzó a vomitar
frases y más frases hasta ahogarse en su propio vómito. Fueron las
consecuencias de no haberle concedido el voto. No era más que realismo sucio,
un reflejo fiel de la realidad del país, se justificaba la ganadora. Después serró el cadáver y repartió los
pedazos entre los demás miembros del jurado. “Nos vemos el año que viene. Con cariño, Cristina”, decía en las
dedicatorias. Este año ha ganado por unanimidad. El jurado ha destacado su
valentía, el conseguido tono sombrío siempre amenazante de su obra, y el
paralelismo social que deja entrever. “Lleva la novela negra en la sangre”,
dijo el presidente antes de pronunciar su nombre.
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