De repente, sonó el timbre de la puerta, cometió la imprudencia de abrir sin preguntar y entraron unos hombres que fueron directamente a llevarse la cama de matrimonio. Regresaron, en poco tiempo, buscando un anillo de entre los que había en el joyero. De seguido, la guitarra, el teclado y un cajón rebosante de folios donde guardaba sus composiciones más preciadas. “¿Vas a ver películas con ella?”, preguntaron. La duda fue interpretada como un sí y se llevaron también la televisión y el DVD. Después, le pidieron que nombrara aquellos objetos que pudiera volver a compartir y que no tuviera sentido dejar allí, ahora que querría compartirlos con otra persona. Tampoco contestó, así que cogieron la cámara fotográfica. Lo demás, ya sabes, lo tendrás que llevar a cuestas.
(*De la frase de Joaquín Sabina, “Esa empresa de mudanzas, con los muebles del amor”, en la canción Nos sobran los motivos).
Algún día tendrás que publicar estos relatos.
ResponderEliminarMe impresiona que una sola frase pueda abrir de esa manera el pestillo de tu imaginación. Me ha encantado
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