lunes, 25 de abril de 2011
Teorema unipersonal sobre el bingbang
El universo está en continua expansión, será por eso que en cada encuentro con Jerez me siento más lejos de lo que allí sucede. Chocamos como asteroides que tropiezan de manera ineludible y luego seguimos cada uno nuestra trayectoria, y al tiempo un simple accidente. A veces, esos encuentros responden al hecho de avanzar en órbitas circulares que en algún momento se cruzan y a veces soy un satélite de Jerez o Jerez se convierte en mi satélite. Quizás algún día Jerez se expanda tanto que no pueda abarcarlo con la anchura de mis brazos o puede que se apague mi planeta y sea yo quién acabe perdido y a la deriva igual que la basura espacial. No lo sé, Jerez es un cúmulo de sensaciones contradictorias, el desorden que logra equilibrarme y una botella de oxígeno para momentos de asfixia. Luego, cuando emigro, vuelve al terreno de la ensoñación, se convierte en un planeta digno de estudio y yo no soy más que un cientifico haciendo cábalas sobre lo desconocido en su cuaderno de notas.
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