Me puse a leer las estadísticas de quiénes visitan este blog. Por curiosidad, por ombliguismo, qué sé yo. Este último mes 610 personas lo hicieron desde España, 161 en Estados Unidos, 92 en Rusia, 51 en Alemania y 15 en Reino Unido. Luego ya vienen México, Canadá, Francia y la India con números considerablemente menores. También se pueden contemplar las estadísticas a través del mapa. Las zonas de mayor concentración de público tienen un color verde más intenso y las zonas de menor afluencia apenas tiñen su espacio. Después de España, en verde oscuro, las siguientes zonas que destacan a vista de pájaro son la zona del sur de Estados Unidos (Texas, Nuevo México, Mississippi, Florida…), Alaska y el este de Rusia. Me pregunto qué habré hecho para tener un público relativamente fiel en Rusia. O en Alaska. Y me agrada la idea de casi cien rusos leyéndome como a un autor secreto, de esos que dejan un rastro casi imperceptible de su paso por el mundo y la literatura (aunque me tengan a una sola URL de distancia, claro). Podría ser como lo que era Archimboldi para esos profesores y críticos literarios que se perdieron en Santa Teresa en el 2666 de Bolaño, un personaje imposible. Que a algún estudiante excéntrico le diera por estudiarme dentro de cincuenta años con tal de rescatarme del olvido. Podría relatar que las pasaba canutas para llegar a fin de mes y que se arrastraba por trabajos de mala muerte con tal de sobrevivir. O que la literatura lo era todo y a la vez no significaba nada. Podría decir eso, sí. Me imagino a esos rusos con los Ushanka bebiendo vodka al lado del ordenador y leyendo El Espacio Relatado. O a esa adolescente de Nuevo México, delante del ordenador, en un cibercafé o vete tú a saber dónde, sacudida por el calor del Desierto de Chihuahua. O un alemán que intenta acercarse al castellano. O a un vasco. O un manchego, o un andaluz que esté cerca y a la vez lejos. Poco importa la procedencia en realidad. Solo me ilusiona que se acerque gente anónima, llegada aquí por una triquiñuela del destino. O tal vez nada de esto tenga relevancia en realidad porque se trate solo de una mala configuración del ordenador, cuestiones de franjas horarias y demás. Sí, eso sería mucho más decepcionante.
Nunca te imaginaste a una argentina, con fuertes vínculos afectivos y emocionales con la llamada nuestra Madre Patria?. No sé cómo llegué a tu blog Javier. Sabés que soy una "chica" muy bloguera, por decir algo. Me gusta cómo escribís. Besos!!!
ResponderEliminarBienvenida a este rincón Cristina. Pues no, no lo imaginaba, y la verdad es que me sienta bien que me leas y dediques parte de tu tiempo, siendo el tiempo tan valioso como es hoy en día. Gracias por tu tiempo y por los ánimos. Besos :).
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