lunes, 16 de enero de 2012
La casa encendida
El manifestante llegó a casa después de una dura asamblea y protestó por la calidad de la comida precocinada, por el desorden que presentaba el salón, por el griterío de los vecinos, por el excesivo volumen con que su familia escuchaba el televisor, por el penoso informativo que estaba obligado a soportar, por la escasez de atención que le prestaban sus hermanos a cualquier cuestión cultural y por la perenne endeblez que sus padres mostraban en los aspectos educativos. Con esa coyuntura, como para no perder el hábito de conformarse.
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