Dicen que el universo es plegable. Que existe otro punto, al otro lado del espacio tiempo, que si se pliega, coincide exactamente con el lugar en el que estamos. Que sucede igual con otras realidades, con otros yoes que existen paralelamente a nosotros y de cuya existencia no tenemos ni la más mínima idea. Por eso, a veces, tenemos la percepción alterada, como si nos hubieran cambiado algo y no supiéramos exactamente de qué se trata. Dicen que, a veces, esos mundos se “mudan” temporalmente. Y que existen muchas cosas ahí afuera, en diferentes lugares y tiempos, mientras nosotros nos empeñamos en que el universo gire alrededor de nuestro ombligo. Me encantaría saber cómo funciona mi pliegue, ese mundo alternativo al que no tengo acceso. Me gustaría saber cómo funciona mi otro yo, su gente, sus maneras de vivir. A veces, pienso, daría cualquier cosa por plegarme y amanecer en otro sitio y en otro lugar. Igualmente, me pregunto qué sería de mi otro yo si se despertara, sorprendido, viviendo la vida que a mí me ha tocado vivir. ¿Estaría contento o sería, cómo decirlo suavemente, un cúmulo de catastróficas desdichas?
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