Cuando abordó a la multitud, el exhibicionista abrió con
ímpetu su gabardina y enseñó un cuerpo vestido. La gente se echó, de inmediato,
las manos a la cabeza, ¿cómo podía hacer eso, mostrar pudor y decoro, un mínimo
de vergüenza, delante de todos los demás?
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