sábado, 21 de diciembre de 2013

Zelda en la celda (colaboración en Obtiuario #9)



Veo un futuro en regresivo. En él, tú estás tan muerto como ahora (tu cuerpo es polvo y yace junto a mí, ya te dije que lo nuestro sería eterno) pero vives en la gente, y ellos no sólo te leen, te estudian y te adoran y se inventan mil historias sobre ti. Historias que se darán por buenas porque la realidad y la ficción serán la misma cosa. Te pasaste la vida intentando explicarte los porqués y resulta que se lo habrás explicado a los demás. Así eran, dirán, todos los que eran como tú.

Ese lugar donde ya no estás es un mundo de locos. En él, el hombre vive al compás de las máquinas. No lo podrías creer, por eso ha sido mejor que hayas muerto joven. Ni un café podrás tomar si la vigilancia de uno de esos seres que no existen. Olvídate de la escritura que conociste, es pasto del recuerdo.

Y los aviones. Será la época de los aviones que incendian las torres de un progreso infame, será la época del gobierno del miedo, del desvío hacia ninguna parte, de la epidemia del absurdo, del fin de todo lo que entendimos por libertad. Lo veo y no lo puedo creer pero sé que es verdad, y por más que aviso nadie me presta atención. Esta realidad abstrusa me está matando pero me acerca a ti y lo celebro. Por eso ansío una pequeña catástrofe antes del infierno final, un incendio privado que le ponga fin a todo esto. Nuestra vida ha sido una verdad premonitoria.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Soneto sónico sonando por soleares

A Sergi de Diego

Érase un hombre a un acorde pegado,
La imagen sorda presa del sonido
el tiet de l’Aina, el nano sin nido,
el iluso que vive enamorado.

Érase lo único que sabía ser,
un libro con patas, la sombra sin sombras
del amigo íntimo que añora Roland,
el seny del corazón, el saber
sentir sin miedo las cosas del sentir,
el hermano mayor del andaluz huido,
el poeta que se niega a decir
su verso, su música, su compás, su rima,
el primer Gasol en pasar desapercibido,
el orgullo eterno del que espera a la vuelta de la esquina.


jueves, 21 de noviembre de 2013

Carta abierta a Cristina Fallarás


Barcelona, 21 de noviembre de 2013


Querida Fallarás,

Me permitirás que te llame Cristina o Cris, pues ya no me sale hacerlo de otra manera, y mira que me gustaría por aquello de la pose, pero a la gent normal, tú sabes, se nos llama por el nombre o el diminutivo porque así queda claro qué somos, o mejor, qué es lo que no somos.

Tú nunca serás Dolores de Cospedal ni Sáenz de Santamaría (ni tan siquiera conozco tú segundo apellido) y yo nunca seré Ruiz Gallardón ni Álvarez Cascos. Ni falta que me hace, dirás, pero reconoce que para algunos de los tuyos –y me refiero a un asunto generacional- era el objetivo. Alguien os vendió esa idea de crecimiento, el del nombre en tres partes, el del camino donde vuestra alma se prostituía por cuatro ladrillos y un buen puñado de dólares. Sí, dólares, hablemos ya en vuestro idioma de sueño americano convertido en pesadilla nacional.

A estas alturas, te habrás dado cuenta por dónde van los tiros: Vengo a fusilaros. Te hablo porque eres el rostro de la derrota de una generación. No te ofendas, yo soy lo mismo, sólo que de la mía. Comprenderás que no quiera dejar bala en la recámara. No para quiénes nos han convertido en viejos jóvenes, sin horizonte ni esperanza, no a quienes hipotecasteis nuestro sueño, y me refiero a horas de descanso y no a fantasías utópicas, no a quienes gastaron su suerte en una triste ruleta azarosa.

Ahora que ante del desastre, unos huyen en el bote salvavidas y otros os ahogáis en un mar helado, cabe recordar que, activa o pasivamente, el iceberg fue una obra coral. Unos por acción y otros por no-reacción. Y es que, sin quererlo, seáis ricos o no, os miro navegando entre la pena y la misericordia. A quienes mucho tienen, por lo que distan del mundo (¿Sabrán ellos lo que es entregarse, desesperadamente, a la belleza?), a quienes se rebosan en el fango, por su ingenua indiferencia. ¿En qué mundo vivíais, querida? ¿Cuándo decidisteis cultivar kamikazes en BMW, con la esencia rota?
      
Escribo desde un diminuto ático, arriba en la montaña, donde recojo cuanto poseo, un puñado de libros y poco más. Seguro que te suena esto que te cuento. Lo bueno es que desde aquí todo se ve con una mirada impoluta y puedes decir cuánto te venga en gana. Ustedes nos lo debéis todo. Nosotros, sólo nos debemos a nosotros mismos. Nada puede mancharnos y nada puede dolernos (más).

Hablamos con la autoridad que nos da el fracaso.

Con afecto,


Menacho

martes, 19 de noviembre de 2013

Nómadas, de Playa Ákaba

Hoy es un gran día para mí. 

Han llegado a casa los ejemplares de ‪#‎Nómadas‬, de la editorial Playa de Ákaba. Se trata de un libro que ya anuncié en las redes sociales, contiene relatos de viajes de autores consagrados con otros que han llegado para quedarse. El "culpable" de todos estos es Elías Gorostiaga, que se ha encargado de coordinar todo el apartado puramente literario y que ha escrito un prólogo maravilloso. También le ha ayudado Noemí Trujillo con la edición y, me consta, se han pegado un curro enorme con las correcciones. Quería agradecerles a los dos su dedicación, y también la confianza en un autor que sólo tiene un libro en el mercado. 

He escrito una crónica muy dura sobre cómo veo actualmente Jerez de la Frontera -su deplorable estado económico y laboral- y como lo vive mi entorno. Por eso, quizás, les he dedicado la crónica a mis amigos de allí, que tanto me soportan. Las frases que antecede la crónica es de una de las canciones del grupo Coriolà y las compuso mi buen amigo Carles Chacón Jiménez. Si alguien está interesado en el libro, puede pedirlo a través de la web de la editorial, (http://playadeakaba.com/index.html), y no solo leerá un libro excelente, sino que contribuirá a que existan oportunidades como ésta en el mundo literario.
Este año 2013 está siendo para mí, literariamente hablando, un sueño. Soy consciente de que soy un privilegiado y que no todo los años van a ser así, por eso toca disfrutarlo. Primero Underbrain, luego ‪#‎yoprecario‬, ahora #Nómadas y antes de que acabe el año, Alkibla.

Qué bien, que contento estoy .




sábado, 16 de noviembre de 2013

www.escritor24horas.com


¡Hola!

Ésta es la página de Jerónimo de Miguel.
Soy escritor, poeta, articulista, conferenciante, redactor, bloguero, analista, performance, dramaturgo y actor.

Mi extensa obra literaria podéis verla aquí, aquí y también aquí. Además, podéis ver mi currículum vitae.
Si no me conocías ya, te diré que soy el único escritor, por encargo y en menos de 24 horas que existe en la red. En ese periodo de tiempo y una vez aprobado tu pedido, realizaré tu relato, poema, guión de cómic, sinopsis de una novela, carta de amor, monólogo humorístico, fragmento de una obra teatro, conferencia, ensayo o entrada del blog que necesites.

Puedes elegir cualquier temática y género ficcional o bien dejar la elección en manos del autor, que a buen seguro sabrá sorprenderte. Dispongo de una nutrida base de datos y una red de contactos profesionales, resultado de mis años de trabajo, que me ayudan a planificar el encargo y dotarle de la máxima calidad del mercado.

Por razones de seguridad, el pago se ha de hacer de antemano. Puedes consultar el listado de opiniones sobre mis anteriores trabajos o navegar por el foro de opinión.

Consulta aquí las tarifas y promociones de este mes de noviembre. También he redactado un apartado de letra pequeña, pero con las letras BIEN GRANDES, para que tengáis la máxima seguridad a la hora de recibir vuestro pedido.

No lo dudes, si tienes ganar de vivir sensaciones únicas como lector, si te han encargado un escrito que no sabes cómo afrontar y prefieres que otro lo haga en tu nombre, si quieres presentarte a un premio literario con garantías o si tu sueño es ser director de cortometrajes, teatro o guionista de cómics, ésta es tu ocasión.

¡Manda ahora tu solicitud!



    


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los sueños rotos

Cuando el niño, que había jugado toda su vida en el portal del edificio, vio como sus amigos desaparecían poco a poco, y no tenía vecinos a los que importunar, ni timbres para llamar y salir corriendo, y ya daba igual que un balón rompiera una ventana porque nadie iba a venir a perseguirlo, cuando sintió que los edificios eran como el cementerio al que iba a ver al abuelo y a través de las ventanas sólo se veían los retales de sueños muertos, se preguntaba cuál era el juego ahora y qué se dedicaban los mayores todo el tiempo que estaban ausentes.

lunes, 21 de octubre de 2013

Perdido

Aquel día, Dios perdió de vista a Jesús Ramírez. No lo encontraba de ninguna manera. Lo intentó todo y había resultado en vano, llevándole incluso a ese estado de paranoia tan propio del ser humano que le conduce a la mitad de sus desgracias: la prisa. Pero él no debía caer en eso, él disponía de toda la eternidad y aún así, sentía el picor de la inmediatez. ¿Consecuencia de pasar mucho tiempo observándolos? ¿Había adoptado sus mismos patrones de comportamiento?

Echó mano de sus habilidades para encontrar a Jesús Ramírez, al que había cuidado con especial mimo desde que era un crío. Su sonrisa, esa ingenuidad que desprendía, no sabía qué exactamente, pero le había caído bien. En algún momento, alguien o algo se lo habían cambiado. Son unos desagradecidos estos mortales, pensaba Dios, y del mismo pensamiento se sucedieron catástrofes aleatorias en la Tierra. Riadas, tsunamis, terremotos, una pequeña descarga de furia. Pero cómo no, se habían librado Jesús y su entorno, y terminó afectando a los mismos desgraciados de siempre. La fortuna suele reincidir en su filias y fobias.

Llevó a cabo un rastreo más exhaustivo, introduciéndose en la psique de todas las personas que formaban su entorno, mirando a través de sus ojos. No lo halló. Tampoco oteando la ciudad a vista periférica, en la visita fugaz de los lugares donde frecuentaba o introduciéndose por la ventana de su casa a través del cuerpo de un pájaro cantor. Ni rastro de Jesús. Después de haberlo criado, el joven había optado por traicionarle. Matar al padre era una obsesión de la clase adolescente. Y Dios era piadoso, pero no habría ya un segundo hijo pródigo, las lecciones de vida se imparten solo una vez.

Pensó en qué motivos habrían llevado a Jesús a quitarse de en medio. Hastío, desolación o deseo de independencia. ¿Es que no era su ateísmo suficiente concesión? Morir no había muerto, eso estaba claro. Ni estaba en su reino ni en el del vecino de abajo, que solo decía la verdad para este asunto, pues de ello dependía el equilibrio existencial. Había registrado en agujeros negros, limbos, purgatorios y aquellos espacios donde no sucede nada. Pero tampoco estaba allí. De él sólo había quedado el rastro de su ausencia y un entorno que pronto lo daría por muerto. La memoria es una tirana deseando traicionarte.
Así, no le quedaba más remedio que personificarse en cada espacio del globo, convertirse en humano, animal o cosa, hacer de policía como si esto fuera una vulgar película de serie B. Era una tarea que intentaba evitar si podía controlarlo desde arriba, donde solía desempeñar  cómodamente sus labores. Pero esta vez tocaba bajar.   

No tardó en encontrarlo. Jesús estaba en algún lugar perdido del monte, a unas cuantas millas de casa. Lo encontró fumando un porro, llevaba tres semanas allí. Dios iba bien camuflado en el cuerpo de un montañero e intentó entablar una conversación de igual a igual, pero Jesús reconoció pronto su deidad y su intención moralizante y echó a correr como un poseso. De nada sirvió, el montañero creció varios metros y alcanzó a su objetivo cogiendo su cuerpo con los dedos, a modo de pinza. 

-          ¡Déjame en paz! -Gritó Jesús, extendiendo los brazos sin oponer resistencia, como un mártir moderno.- Vendí mi alma al diablo y ahora tienes que dejarme libre hasta que muera. Abandonas a quién te sigue y quieres que te sigan los que te abandonan. No entraré en tu juego infecto y eterno. Vete por ahí y cárgate una ciudad si quieres. Machaca al débil, que se te da bien. Inventa fábulas sobre la bondad humana y cárganos con el peso de tus acciones. No te pienso hacer ni caso. 

No le dio tiempo a decir nada más. Tras un estruendoso chasquido, Jesús olvidó su pataleta y volvió al redil, bajando confundido el sendero que desembocaba en la ciudad. ¿Por qué habría ido a parar allí? Dios quedó decepcionado. Ya no era por lo que tan rencorosamente le había manifestado el joven como su voluntad, aquello de morir libre y con el alma vendida, sino porque sería él mismo quien no sentiría el afecto de guiarlo hacia ningún lugar. No lo merecía y había mucho en la Tierra en lo que trabajar. 

Por la noche, antes de dormir, Dios vio como Jesús Ramírez fue a dormir sin el más mínimo remordimiento. Tampoco se acordaba el pobre iluso. Antes, le había borrado de un arrebato su naturaleza insurrecta, y sería un espíritu dócil el tiempo que le quedara antes de entregarse eternamente al vecino de abajo. Sin embargo, el sentimiento de culpa era ahora de Dios. Se fue a lavar los dientes queriendo lavar su conciencia. Al séptimo día, cuando se tomó un descanso, perdió de vista a Andrey Volkov y a Calixta Prado, que desde sus respectivos países, planeaban ya vivir libres, como si Dios nunca hubiera estado allí.  

viernes, 4 de octubre de 2013

Frío

Aquel día no salió el sol. Yo me di cuenta tarde, a las 9:48. Lo digo, porque justo esa fue la hora en la que salí de casa, miré el reloj y todo seguía a oscuras. De normal, a esa altura de la mañana se filtraba por la ventana y era imposible dormir. Pensé que quizás tuviera el reloj a deshora o que el sol acabaría saliendo a mi espalda, pero me giré y tampoco estaba. Todo el mundo tiene derecho a acudir tarde un día al trabajo, me dije, pero el sol ya nunca salió. Ni ese, ni los demás días. No es que llegara tarde, más bien se fugó, se fue con otros. No dejó ni una despedida escrita en la arena. Cada despertar fue, de repente, un despertar triste. Las cosas del sol, que se ha abanderado como símbolo de la felicidad de una manera soberbia. Como si no fuera obvio que si te acercas mucho a él, te terminas abrasando.

Pensé en toda esa gente que se pasa el verano en la playa dejándose tostar por sus rayos y en cómo lo iban a echar de menos. Las playas ya nunca han vuelto a ser lo mismo, están pobladas por fantasmas, gente blanca con la melanina dormida. Los blancos son más blancos y los negros son aún más negros, por si no hubiera ya diferencias. Además, no tiene mucho sentido el topless, ya que no hace calor ni existe la posibilidad de broncearse. Los topless se hace por el culto al desnudo, al cuerpo tal y como fue concebido. Y hay mucha gente haciendo el amor en la playa, ocultos entre tinieblas. En el fondo, esa nueva realidad en las playas no me disgusta del todo. Tampoco creo que le disguste a los emos, a los vampiros y a los borrachos que bailan al son de la luna. Incluso los suicidas están contentos, pues piensan que el mundo durará poco, el tiempo que tarde en enfriarse. Y puede que eso sea precisamente lo que ha hecho que el sol se marche, el frío, el tremendo frío con el que hemos estado viviendo aun teniéndolo ahí arriba. 


lunes, 26 de agosto de 2013

Sobre Marx y el ciclo de la vergüenza

He estado hoy viendo documentales y videos sobre Karl Marx. Hay una cosa que me llama poderosamente la atención. Karl Marx acabó precario (viviendo de la caridad de Engels), desmoralizado y soportando penurias, algo que ha pasado con muchas, muchísimas mentes lúcidas en la historia de la humanidad.

Karl Marx elaboró una de las obras más importante de la historia del pensamiento, infinita, capaz de evolucionar con el tiempo y hacer evolucionar consigo a la sociedad. ¿El qué somos, de dónde venimos y a dónde vamos? tuvo más respuestas, y sentido, después de Marx.

Actualmente, la cultura y la ciencia vagan a su suerte, apartados de las prioridades de cualquier estamento de representación social, que cuida sus bancos y sus créditos y su deuda y su déficit y sus políticos corruptos y su Troika y su Merkel y los bolsillos de mucha gente rica que solo quiere hacer más y más dinero, pero no cuida las mentes que pueden hacerla evolucionar. Es la dictadura del Capital, aquello contra lo que luchó Marx. Y es también un ciclo infinito y tenebroso que, de igual manera, me hunde ahora en el sillón consumiéndome por dentro y, mañana, me obliga a luchar por una realidad mejor. 

sábado, 24 de agosto de 2013

Teo

Teo abre las puertas del pleno del ayuntamiento, ahora estaré más cerca de la gente, se dice, así disimularé que mi gente se muere de hambre y de pena. Entonces, una mujer habla, y habla y la lía, como si por ser pobre tuviera derecho a quejarse. La mujer habla de injusticia y de darles de comer a sus hijos y, claro, enseguida la gente inculta le hace caso, porque los incultos son así, unos veletas que se suman donde sople el viento, y en Cádiz hay mucho viento.

Teo, enojada, manda cerrar las puertas del pleno y le crece el resquemor, se acumula cada día que pasa, se convierte en un bicho enorme que le carcome y la seca por dentro. Os vais a enterar desobedientes criaturitas sin alma, la próxima vez os voy a dar vuestro merecido, piensa Teo cuando se mira al espejo.
Se sucede el próximo pleno, Teo prepara el dardo moralizante, unas palabras maestras, sacadas del manual de la demagogia, la neolengua al rescate. Hay que hacerlo con determinación y suficiencia. El micro siempre da seguridad. Ahí va: "Hay gente que pide para comer y tiene twitter, que cuesta dinero."

Sí, la ha dicho bien. Sí. ¿O no? ¿O se ha precipitado? ¿O quizás había otra manera? A Teo le entran las dudas, y no debe dudar, está en el manual del político moderno: Haz demagogia, miente, dí lo que sea, ya podrás cambiar lo que dijiste, la gente no tiene memoria ni acude a la hemereoteca, la neolengua siempre está ahí dispuesta a ayudarnos. Pero Teo duda, duda porque fue ella y no otra la que pidió a los pobres que consultaran el paro por Internet, que sellaran por ahí, fue ella y no otra quien lo hizo para evitarse esa imagen tan penosa, las oficinas atestadas de gente en la provincia con más paro de España, fue ella y no otra la que no quería ni podía permitirse un funcionario más que los atendiera. Así que Internet, ¿que no tienen? Ya se buscarán la vida. Terminarán haciéndolo porque si no, no cobran paro, pobres animales persiguiendo un trozo de carne.

Sí, puede que se haya precipitado, que si quiere una cosa de ellos, no debiera ahora haber dicho lo de Twitter -pero es que en twitter lo merecen, siempre le atizan despiadadamente, twitter es el infierno- . Menos mal que es una política experimentada y puede solucionarlo. Que tiene tablas, don de oratoria, que hablar en público es algo que ha hecho toda la vida. Solo tiene que hacerlo y todo volverá a encauzarse: "Estar, tener, estar en, en... tener acceso a Internet, ¿eso es gratis? ¿Eso es gratis?"

viernes, 2 de agosto de 2013

Cambio de reglas


La fila, armónica, esperaba ya el veredicto del jurado. Todas las jóvenes, nerviosas, se miraban entre sí haciendo cábalas, con la secreta esperanza de lograr una victoria que esperaba a la vuelta de la esquina.  Había dientes podridos, entrecejos infinitos, lunares que se convirtieron en verrugas, narices aguileñas, manchas coronadas con larguísimos vellos, rostros deformes, sudores fétidos y hasta alientos que tumbarían al más anósmico.  Había también, una televisión morbosa y un jurado cuyo precio pasaba por no recibir ninguna insinuación, y hasta un público que tenía su favorita. Cuando el jurado comunicó la ganadora, la chica se llevó las manos a la cara para el alivio de los presentes y no pudo reprimir el llanto. Llorando era aún peor. Las demás sonreían como suele hacerlo el diablo. El público, puesto en pie, jaleaba: ¡Bravo, es verdad!  ¡Es fea! ¡Feísima! ¡La más fea de todas!


sábado, 27 de julio de 2013

La gran ficción de Bárcenas

La transcripción de la declaración de Bárcenas contiene conversaciones que ridiculizarían el 95% de las películas de mafiosos.

Imágenes realmente impactantes, que dejan la ficción en un burdo remedo de la realidad: Rajoy y Cospedal recibiendo 25 mil euros en billetes de 500. Cospedal trabajando en un despacho contiguo a Bárcenas, codo a codo, como grandes amigos. Las entregas en persona a puerta cerrada de los sobres, el dinero desviado a Libertad Digital para financiar su propios medios, el presidente o secretario general del partido "captando" nuevos donantes en reuniones, convenciones o actos públicos, el dinero pagado a las familias víctimas del terrorismo con el "presupuesto" de la contabilidad B, los desvíos hacia las candidaturas populares en diversos puntos de España, los donativos ingentes y fuera de lugar de las constructoras que, oh, sorpresa, luego conseguían las licitaciones públicas, la estudiada ausencias de firmas en las entregas en negro y ese J.M. que nadie quiere desvelar de quién se trata (ni siquiera el propio Bárcenas).

Si todo es mentira, como dice el PP y sus periódicos afines, Bárcenas tendría en sus manos un talento grandioso, superaría a David Simons, Chase y Coppola como creadores y se establecería en el Olimpo con la mejor obra de ficción en torno a la mafia organizada. Ésta, la trama española que gira en torno al PP, la más cutre y realista que jamás se ha realizado, con la única pega de que los personajes no tienen ningún tipo de carisma, son planos como ellos solos. Gente mala que ansía dinero y poder, y que, por otro lado, se ejemplifican como dueños de la moral y las buenas costumbres. La clásica dualidad de quiénes son malos por naturaleza. Pero no habría en ellos drama interno, ni evolución psicológica ni la búsqueda de un Ítaca personal ni nada con lo que pudieran competir con Tony Soprano o Don Corleone. 

No hay más ciego que el que no quiere ver en el caso Bárcenas, solo que en un país donde la militancia de derechas parecen muertos vivientes persiguiendo un trozo de carne, la justicia está politizada al punto de que el juez y su puesto de empleo dependen de las decisiones del partido corrupto y la oposición mira hacia otro lado al tiempo que desprende un tufo parecido al que emiten sus (no tan) rivales políticos, no pasará absolutamente nada. Por eso el ciudadano se siente indefenso, apaleado, desesperado de pedir justicia y obtener catástrofes, y por eso termina autoexcluyéndose, como un loco infeliz que, en una esquina del manicomio, fantasea con otra idea del mundo.  

martes, 16 de julio de 2013

Homenaje a Bolaño en Obituario Magazine

Hace diez años que murió Bolaño, uno de mis escritores favoritos. Me gustaría, de verdad, ser más original y decir que no era para tanto. Pero creo que era un genio. Abro cualquier de sus libros, dos párrafos, y ya estoy rendido a su prosa y poética.

En Obituario Magazine han organizado un número especial para homenajearlo y participo con un relato (Maldito Ulises) acompañado de un gran Collage, obra de Jose Luís Valderde.






 Maldito Ulises

a los otros Bolaños.


-          ¿Sabes qué pasará Arturo? Pasará que la gente es ciega pero el tiempo no, el tiempo es un chivato que hará que todo caiga por su propio peso, el peso de tus palabras claro, de la magia de tu estilo, del arte con el que combinas las frases, del aura que invade mi espacio íntimo cuando te leo. Pasará todo esto y cuando suceda,  empezarán a leerte como si no hubiera un mañana, como quiénes han desperdiciado lo que llevan de vida, y se pondrán desesperados a olisquear tu rastro a través de las novelas, valiéndose de las pistas que dejaron tus ensoñaciones, rebuscando en cada piso que habitaste, en cada sofá que invadiste, en cada uno de tus pasos erróneos, en el cubículo de este camping de mala muerte donde hablamos ahora. Harán ciertas tus mentiras e irremediables tus verdades, sí. Sucederá que vendrán en legión a buscar tus letras cuando hayas desaparecido y yo diré que me las bebí, que por eso se han suturado mis úlceras y que ya no queda nada, que descifren si quieren tus dilemas, que se coman si les place el lomo de tus escritos, que reciten los poemas de tu lista de la compra, que hagan de tus borradores leyendas de andar por casa, que persigan las confesiones de tus amantes, que te recuerden una vez y otra hasta el empacho, que inventen recopilaciones que tú nunca hubieras querido y editen libros que tú hubieras quemado y rastreen tus cajones como perros llenos de rabia, de una rabia de la que carcome lo más recóndito de la memoria, de una rabia estúpida y desconsiderada, de una rabia que no es mayor que la que yo siento. Que homenajeen si les place a la sombra de lo que fuiste, que frente a tu tumba se llamen amigos los conocidos y conocidos los que nunca tuvieron el placer, que hagan lo que les venga en gana en nombre de la literatura. Hoy, aquí solos, amigo, mi privilegio es tu desgracia y por eso aguanto tu empeño, tu lamento confiado, tu silenciosa amistad, ese pulso que le mantienes a la eternidad.   


lunes, 8 de julio de 2013

El villano

Hoy termina la relación que tuve con mi hermano pequeño. A partir del momento en que se duerma, empieza otra, la que tendré con mi hermano, a secas.  De pequeño, solo le quedará el cuerpo. Se levantará desfogado y perezoso, como siempre que la noche anterior ha sufrido algún altercado emocional. Irá al baño y a la hora de lavarse la cara, de puntillas sobre el taburete, alzando la vista para mirarse sus propios ojos (los niños no pueden evitar considerarse los ombligos del mundo), rememorará a ralentí el día de ayer, algunos flashes aleatorios, luego un momento exacto de la noche y finalmente todo configurará el mismo recuerdo: el día en que traicioné su confianza.

Mi hermano y yo siempre nos hemos llevado exquisitamente bien. Mis padres, se esforzaron en que la diferencia de edad no fuera un impedimento sino una virtud en nuestra relación. A mí me hacía gracia esa aventura pedagógica que solía llenarlos de orgullo, así que me dejé llevar y terminé adquiriendo, sin quererlo, responsabilidades que no me competen. Ahora, amargo destino, no sé qué va a ser de mí. 

Hace unas horas me preguntó si era verdad que hoy conoceríamos a Superman. Todo es culpa del anuncio de una película que no deja de salir en televisión. Mi hermano no sabe quién es Obama, ni James Stewart, ni Elvis, ni Gandhi, ni Ernesto Che Guevara, ni Cortázar, ni Bono, ni Jordan, ni Steven Spielberg, se extrañaría un poco si alguien le preguntara por Messi, ni siquiera conoce al alcalde del pueblo ni sabría decirme quién es el delegado de su clase ni, probablemente, recuerde la dirección exacta en la que vivimos. No, no sabe nada de eso, pero sabe exactamente quién es Superman. “Clark Kent”, dice, y fija la mirada en el horizonte como si fuera a salir volando. Sabe sus filias, sus fobias, quién es su novia, el nombre de la piedra que le quita la fuerza, cómo se llama el periódico en el que escribe, el color de su fortaleza, en fin, todo lo enanamente posible. 

Esa tradición que entre la televisión, el cine, los dibujitos de la Fox, el estuche del colegio, los muñequitos de juguetes, la película esta del infierno y mis padres, joder, mis propios padres, han ido alimentando de buena gana, esa amalgama de valores, esa heroicidad que aporta el personaje al relato y que mi hermano aplica hasta en sus menesteres más ínfimos, en el simple hecho de dejar un bolígrafo en el cole, haciendo un juego de rol para una obra de teatro o imaginándose siendo otro que no es él, se la voy a arrebatar de un plumazo.
Él se limitó a llegar, me miró a la cara y preguntó: ¿Verdad que hoy vamos a conocer a Superman? Y la verdad, no sé qué le han dicho hoy en el colegio o qué clase de conversación ha tenido con mis padres esta tarde, no lo sé, lo desconozco, el caso es que se han ido de viaje y me han dejado de canguro, y al niño, claro, emocionado como una olla a presión. Que si va a conocer a Superman, dijo. Y claro, le he dicho que sí. Está preparando su habitación para la “venida”, con una fe que mueve montañas.

Y ahora, que  le quedan horas al día, que no tengo amigos a los que recurrir en este infinito agosto, sin una triste película en la memoria del ordenador que echarle a la boca al chaval, sin un cómic ni una frase grabada, ni un mísero disfraz ni cualquier herramienta que pueda mantenerle viva la esperanza por unos días, solo el tiempo exacto hasta que mis padres vuelvan y carguen con el monstruo ilusionado que ellos mismos han creado, mi hermano pequeño me va a odiar. No sólo Superman dejará de ser su héroe, también yo dejaré de serlo, ese hermano cómplice, cercano e implicado en sus fantasías, ese mano que le apoya, ahora no será tal. Seré el traidor que un día descubrió que los héroes, por mucho ruido que haga la caja tonta, por mucho que se pinte, que se escriba, que se vista la gente de ellos o por mucho que lo llegues a soñar hasta el punto de que creas estar tocándolo con la punta de tus dedos, no existen. No existe Superman, ¿verdad? Me preguntará antes de dormir, y claro, tendré que responderle la verdad porque mentirle de nuevo sería definitivo, y entonces, solo a partir de ese momento, su mirada ingenua mutará y me traspasará como rayo de luz y ya no seré su hermano sino un reflejo antropomorfo de la decepción, un traidor, un embaucador de sueños, el inclemente que dilapidó sus ilusiones, el mal personificado, el Lex Luthor de lo que hasta ahora había sido su vida.   

  

miércoles, 12 de junio de 2013

La vuelta

Las vacaciones asomaban por la esquina y había que comprar barato. Eran dictados de los tiempos de crisis. El fin de las promociones obligaba a una decisión. El azar eligió destino. Cuando fue a adquirir el billete de avión, no había opción de ida y vuelta. Solo ida.  Resultaba económico, así que reservó el viaje sin pensar demasiado, ya se preocuparía más tarde por la manera de regresar. Daba igual dónde ir con tal de ir.

Sin embargo, pasaron los días y comprobó que no había opción para volver. Coche, barco, particulares, todo imposibilitado. La era de la tecnología y todavía estamos así, pensó. La pestaña siempre gris, el puntero del ratón pasando por encima sin transformarse y la vuelta sin habilitar. Los billetes no estaban agotados, sencillamente, no existían.

Llevaba un año esperando este viaje, así que ahora no iba a renunciar a disfrutarlo. Nadie renuncia a unas vacaciones después de un año miserable. Por fin tenía destino e iba a conocer aquel lugar desconocido, esa hermosa ignorancia. Llegó la fecha indicada y se dirigió, maleta en mano, a su terminal de vuelo. Allí, preguntaría cómo volver en la compañía y sería el punto y final de toda esta historia.

En la cola, se preguntaba quién podía ofertar un vuelo sin retorno aparente o, peor, quién podía llegar a comprarlo. Imprudentes como él, seguro, personas que se entregaran a cualquier futuro sugestivo, gente incapaz de elevar un ancla. O quizás fuera precisamente eso lo que buscaban quienes formaban la fila, un viaje sin regreso, la manera de abandonar este lodazal, la ilusión de una promesa robada. A su espalda, descubrió una hilera de sonrisas forajidas.

- Disculpe señor-le dice al operario en facturación-, he comprado este billete de ida, parto hoy, pero no he encontrado la manera de volver. 
- Caballero, no encontrará la forma, aquí quien se va nunca vuelve, donde usted marcha, no le hará falta billete de vuelta.


miércoles, 29 de mayo de 2013

Niños jugando en la piscina

De pequeños, hermano, no sé si recuerdas, en la piscina siempre jugábamos a lo mismo. Se trataba de introducirnos bajo el agua y aguantar sumergidos el máximo tiempo posible, a ver quién salía más tarde. La práctica era temeraria, ya que solíamos hacerlo en la piscina de los adultos, que nos cubría por completo. Pero, aún así, confiábamos ciegamente en nuestra capacidad pulmonar y cada vez que emergíamos, encontrábamos un cuadro diferente, más para mí, incapaz de abrir los ojos debajo del agua. ¿Habría ganado yo o, por el contrario, me habrías derrotado? La práctica incorporaba cierta incertidumbre, ¿y si habíamos tentado en demasía a la suerte? Por fortuna, nunca sucedió nada extraño (salvo que unas veces ganábamos y otras perdíamos), quizás debido a nuestra propia inconsciencia, así que terminamos teniendo una fe inquebrantable el uno en el otro. Será por eso que, ahora que vivimos cada uno en una ciudad y hemos alcanzado la treintena como adolescentes que olvidan el fin de una etapa,  pienso que pese al temporal y que las aguas vengan turbias, saldremos siempre a la superficie. Y si no, tranquilo, te estaré vigilando.



 
* Texto que formará parte de la exposición "La Barcelona Vintage", de Juan R. Gamero, autor de la fantástica web www.rumorismotravel.com . Podrás ver la cartelería vintage y postales a partir del 1 de Mayo en la librería Altair de Barcelona. Esta "carta" figurará justo detrás de la postal que contiene la imagen que podéis ver en esta misma entrada.
* Otros escritores que participan: Jorge Carrión, Jordi Corominas o Miqui Otero.