sábado, 9 de abril de 2011

Pintadas

Hoy, andando por Safranar, encontré una pintada que, en vertical, dejaba leer “Sandra X _ _ _ _”, más o menos lo que ponen las niñas en sus carpetas cuando aún parecen niñas. Sin quererlo, activé mi cerebro completando los cuatro puntos, y, efectivamente, podían ser rellenados con “J.A.V.I.”, así que pensé que se trataba de una buena señal. Iba acompañado y el shock me perturbó unos minutos, al punto que me costaba seguir la conversación que mantenía antes de ver la pintada. Es curioso porque me acuerdo de la pintada, de los segundos de antes y de los segundos de después, de lo que me costó seguir con aquella conversación, pero no de la conversación en sí misma. ¿De qué estaría yo hablando?

A la vuelta ya estaba solo y, avergonzado, seguía pensando en esa señal. O más concretamente, en lo absurdo de haberla considerado como tal. ¿Por qué iba a ser J.A.V.I y no otro nombre? Igual me hubiera valido, de haber tenido más puntos, Javier, o Francisco Javier o Javié o incluso “yo”. Quiero decir, que de todas las maneras hubiera rellenado esos puntos. Nuestra mente trabaja para ver las cosas a su manera, se explica las cosas a su modo y saca las conclusiones que le conviene sacar. Resultaba penoso pensar en señales cuando precisamente lo que tenía más sentido era justo lo contrario, que fuera otro nombre, que Tony, Jose, Kiko, Iván o cualquiera que cupiese estuviera destinado a escribirse allí. Y no solo eso, sino que J.A.V.I, es exactamente el nombre que jamás estará ahí debajo, por más que yo quisiera. Porque en el mundo, y eso es algo de lo que verdaderamente estoy convencido, no existen justicias poéticas ni balanzas en busca de equilibrio, no pagan pecadores por justos ni a todos los cerdos les llega su San Martín. Sucede más bien al contrario, que a veces es cruel y te deja deudas pendientes y heridas por cicatrizar. Y también tienen suerte los demonios y gafe los que menos lo merecen. Incluso en ocasiones, por qué no decirlo, se alinean los astros y todo sale a pedir de boca, el bien para el que lo merece. Pero no hay señales en la lotería de la vida, las señales no existen o existen como espejismos en paredes a punto de derrumbarse, cuyas pintadas no tienen la menor importancia.

2 comentarios:

  1. ufff señales.

    Las señales existen pero para saber conocerlas es necesario no estar sugestionado.

    Un poco de perspectiva, tiempo y fe nos ayudarán a ver que la vida nos da oportunidades cada día, pero que como muchas veces no son las que esperábamos no las vemos o no las queremos ver. En esos momentos es muy importante que los que nos quieren, conocen y están cerca nos digan. Eh, espabila abre los ojos está ahí, deja de mirar atrás.

    Desde más cerca de lo que crees. Un abrazo fuerte y un besazo.

    No te olvides de sonreir.

    ResponderEliminar
  2. Andrés, quizás sea una señal que tú escribas esto ahora :).

    Un abrazo fuerte y un beso.

    ResponderEliminar