A Federico García Lorca
En Viena hay mil muchachas pero yo solo miro a una. Después de clase, la luna mece tu cintura haciéndome prisionero de la noche, mientras un coñac y yo observamos por la ventana. Los transeúntes me toman por un enfermo, pero solo estoy enfermo de amor. Tu baile me protege del frío, tus pisadas me hacen soñar que el camino existe. Han pasado tantos días que he olvidado cómo vine a parar aquí. Ni siquiera sé qué vine a estudiar o a quién perseguía antes que a ti y hace siglos que los libros son de mármol. Ahora sólo me interesa verte bailar y por accidente, el baile. El vienés es el tiempo experto, y el lento es el vals inglés. He aprendido sufriendo, viendo cómo otros te manejan a su voluntad y tú correspondes con esa sonrisa etrusca. Tu cuerpo es como una ola buscándose los talones. Mis labios la duna que nunca te vino a buscar.
Tras el reflejo te veo bailar el vals, el viejo vals de los que viven lejos, y mueves tus pies como quien del mal huye y fluyen tus pasos adelante y atrás, qué hermoso vaivén de notas, qué compás, cómo brota mi corazón del pecho, cómo he hecho para irme ahora a derrumbar. Yo no esperaba que el amor me corrigiera el paso, ni que el suelo raso me haga sentir un gusano deseando el vuelo. Yo no esperaba ansias ni anhelos y sin embargo estoy aquí, bebiendo por ti mi dulce condena, viendo las noches de Viena pasar.
Contexto original - Secretolivo
Hermoso texto. La versión de Leonard Cohen (Take this waltz) es preciosa.
ResponderEliminarSí, Leonard Cohen es de mis favoritos. El "Live in London" de 2009 es maravilloso. ¡Gracias por tu comentario Rebeca!
ResponderEliminar