viernes, 30 de diciembre de 2011

Adiós 2011

Como si el reloj no tuviera nada que ver con él, el tiempo ha pasado volando y otro año más busca cobijo en la memoria. Al hacer recuento, me ha entrado un vértigo enorme. Se han sucedido, una tras otra, las imágenes de lo que fue este 2011. Un año en que he envejecido como en aquellas dos viñetas de "Espera", de Jason, donde el protagonista crece en un abrir y cerrar de ojos. Una elipsis hasta la adultez, muy a pesar mío. Año tricéfalo; antes y después de Sandra, antes y después de Valencia (y la empresa) y antes y después de Barcelona. Echaré poco de menos este año. Lo acabo con la mayor incertidumbre laboral y/o formativa que recuerdo en mi pequeña historia y con la sensación de un futuro extremadamente incierto. Si me dicen que escriba, en un papel, como estaré el año que viene a estas alturas, no sabría precisar absolutamente nada. Vivo, espero. Todo lo demás, sería hablar por hablar. Lo único por lo que pondría la mano en el fuego, es por la certeza de que seguiré escribiendo. Llueva, nieve, truene o haga un sol inmenso. Escribir es barato, papel y boli y poco más, y a veces ni eso, pues siempre puedes escribir en tu cabeza. Hace tiempo dije que escribir era una manera de salvar mi mundo. De salvarme, en definitiva. Hoy, me da mucho miedo la tremenda literalidad que ha adquirido esa frase.

3 comentarios:

  1. Si te postran diez veces, te levantas
    otras diez, otras cien, otras quinientas;
    no han de ser tus caídas tan violentas
    ni tampoco, por ley, han de ser tantas.
    Dijo el poeta Almafuerte.
    Tu talento te salvará. Abrazo!!!

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  2. Grande Almafuerte. ¡Gracias Cristina! ¡Abrazo fuerte... y feliz año!

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  3. Adiós 2011. Bienvenido 2012. Gracias por los deseos y felicidades también para vos.

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