jueves, 6 de octubre de 2011

El infortunio

Han habido unas manos sobre las que dejarse deslizar. Unos ojos para esconder la mirada. Unas piernas por las que sentirse cojo. Unos brazos de los que evitar su correa. Un cuello por el que querer tragárselo todo. Una boca para escuchar sus mentiras. Un aliento que separa tus labios. Unos labios dónde sentirse preso. Han habido unos gestos y el colmo de unos versos, y unas palabras que, quizás, eran algo más que lo que estaban diciendo. Pero no ha habido una mujer, eso no lo ha habido.

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